martes, 30 de octubre de 2012

LA NEGRITA ABANDONADA




Parece increíble, pero esto sucedió realmente en un lindo pueblo. Una mujer blanca de asombrosa belleza se casó con un hombre negro, y  de esa unión nació una preciosa niña negrita de pelo negro.
La mujer nunca aceptó el embarazo y  tan pronto  la criatura estuvo en su vientre renegó de ella con todo su duro corazón.
Estando aún chiquitita, se desentendió de su cuidado y quien la atendía era una hermana de ella, quien se apiadó de la negrita. Posteriormente los abuelos paternos se hicieron cargo y la criaron como una verdadera princesa.
Ya una vez crecidita la niña soñaba con ir donde su madre. Cuando cumplió sus quince años, sus abuelos decidieron hacerle su gran fiesta;  fue en ese entonces cuando tuvo la oportunidad de tener un acercamiento con su madre, ya que ella se le apareció en un lujoso carro y le dio una caja  con  un regalo dentro. Nunca se supo qué contenía la misma, porque sus abuelos hicieron que se la devolviera.
Siguieron pasando los años y la madre nunca hizo caso a los intentos de acercamiento que la hija ya adulta hacía, ni siquiera tuvo el placer de disfrutar los nietos; siempre le mentía diciendo que se iban a reunir y no lo hacía, siempre alegaba que iba saliendo cuando ella la llamaba por teléfono.
Viajaba mucho, se mantenía siempre bella y joven gracias a los adelantos de la cirugía, no se puede cuantificar cuantas se había hecho.
Vivía en una bella e inmensa mansión y como toda una diva sólo bajaba a comer a un pequeño restaurant del pueblecito, no hablaba ni compartía con nadie.
Un día le echaron de menos porque  no la veían bajar a comer y cuando se acercaron a lo que era su palacio, la diosa estaba muerta, en estado de putrefacción. Centenares de moscas verdes rondaban su cuerpo, el cual al tratar de moverlo explotó en presencia de todos los que con su nariz tapada observaban tan funesto espectáculo. MURIÓ SOLA, COMO VIVIÓ…

Autora: Epifania de la Cruz.

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