Desde el
momento mismo en que empezó el
procedimiento de las cirugías de mis ojos, se me entregó un kit conteniendo
unos accesorios y varias gotas, además de unas gafas negras...Muy oscuras.
Desde un
principio estaba algo incómoda con las mismas ya que con ellas me sentía que siempre estaba en horario nocturno.
Tan pronto
cumplí dos meses del proceso le escribí a mi médico por whatsapp preguntándole
si podía dejarlas, él muy ligth, como siempre, me autorizó a hacerlo.
Desde antes de ponérmelas él me mostró
cómo debía manejarlas para no lastimarme los ojos.
Cuando hablé con él vi en cielo
abierto ya que esto me permitiría empezar a trabajarme unas manchitas que el
peso de las gafas me hicieron en la nariz…Todo iba muy bien hasta que el sábado pasado para ir a mi
trabajo, me las puse y cuando me las iba
a quitar hice el movimiento con una sola
mano y se me introdujo una pata del lente en el ojo izquierdo…Qué ardor y que
susto!!
Gracias a
Dios no pasó gran cosa, nada que a mi médico lo alarmara y siguiendo sus
instrucciones estoy casi bien.
Mi querido yerno
de manera muy contundente me dijo que a Dios no le gustan las indecisiones y que
si yo había acordado no usarlas, no debí retroceder, es posible que al tomar la
decisión inicial, papá Dios quisiera librarme de lo sucedido…La invitación es a
que seamos firmes en las tomas de decisiones.