Es justamente cuando nos levantamos con la sensación de que tendremos un
buen día, nos imaginamos que el universo entero gira a nuestro favor, nos
sentimos realmente bien…
De pronto, todo se revierte, lo claro empieza a aparecer oscuro, la gente que nos rodea empieza a creer que
somos máquinas resuelvelotodo, delegan todo en nosotros y se acomodan.
Llegado ese momento, es precisamente cuando debemos empezar a tomar el
ritmo correcto de la situación, poner cada cosa en su lugar, darle a cada cual
lo que le toca, dejar de coger responsabilidades ajenas, no importa que esto
genere malestar, total, los cambios siempre traen sus consecuencias.
Para poner cada cosa en su lugar, no debemos insistir en halar la
soga…debemos soltarla y podremos ver como empezamos a recibir los beneficios
emocionales.