Estoy segura de que todos hemos conocido personas, que quizás de manera inconsciente, frente a una
situación determinada, lanzan un comentario venenoso, el cual nos puede empujar
a tomar una determinación, precipitada en
ocasiones.
Aparentemente actúan de manera “inocente” y con la intención de ayudar, pero
cuando explota el bochinche, tienden a
lavarse las manos como Pilato. Esto me hizo recordar a un querido amigo y
compadre, que frente a situaciones difíciles decía:
-Yo me lavo las manos como Platón,
y cuando aparecía alguien que le decía que no fue este quien se lavó las manos, que fue Pilato, con toda
la gracia del mundo preguntaba: ¿Pero entonces Platón no se lavaba las manos?
Abundando más sobre las personas enchinchadoras, si no actuamos con
inteligencia, luego de oír sus punzantes comentarios, podemos tomar una actitud ante determinado problema, que luego
nos pueda poner en un gran apuro.
Debemos actuar con madurez, y
tener cuidado con las intervenciones de esos venenosos ayudantes, que actúan como candelita de
basurero. En algunos momentos nos pueden
ayudar, y en otros puede hacer que cavemos nuestra propia tumba.