Conozco una
persona que en algunas ocasiones ha sido premiada por los juegos de azar,
específicamente la lotería, ella vive llena de problemas, tiene un temperamento
muy difícil, debido a su incapacidad para acatar órdenes, esto hace
imposible que pueda trabajar bajo las
exigencias de un supervisor.
Cuando
resulta agraciada con un premio, generalmente tiene varias deudas acumuladas y
aprovecha para pagarlas todas. A algunas personas, les regala algo de dinero,
luego de transcurrido todo esto, vuelven las quejas, las estrecheces, las maldiciones,
depresiones, etc.
Si se
preguntan por qué le suceden estas cosas a esa persona, les voy a citar un
pedacito de una canción de Marcos Yaroide, mi pastor favorito:
♪♪ Estoy de pie
por difícil que fuera el camino
es más grande en Dios mi destino
estoy de pie
porque confié en Dios y no en el hombre ♪♪
por difícil que fuera el camino
es más grande en Dios mi destino
estoy de pie
porque confié en Dios y no en el hombre ♪♪
Aplicando esto a la
jugadora, no es lo mismo confiar en el Gigante, que confiar en la suerte, ella
tiene que hacer cambios en su vida para permanecer de pie, luego de depositar
su confianza en el Gigante, debe empezar
por buscar una fuente segura de ingresos,
ya que los sueños se realizan
trabajando.