viernes, 28 de mayo de 2021

¿Qué diferencia hay entre una doula y una comadrona?

 



Los tiempos cambian y nosotros también. Todas las personas de mi edad, nacidas en este país, conocen la palabra “comadrona”, siendo posible que hayamos nacido con una de ellas, aunque no nos lo hayan dicho.

Esta palabra proviene del latín cummater, compuesto por cum, que significa conjuntamente, y mater, que significa madre.

Estas mujeres, sin ser graduadas en medicina, ayudaban a las parturientas a traer sus criaturas al mundo, en campos y lugares apartados, especialmente donde era  remota la posibilidad de ser asistidas por un profesional de la medicina. Ellas jugaron un papel muy importante y respetado por la sociedad.

Hoy, en cambio, aunque las funciones son diferentes, existen  las “Doulas”, nombre sofisticado con el que una clase social determinada, que puede darse esos lujos para que su criatura pueda venir al mundo, contrata este tipo de servicios. No sé si esta práctica  es muy frecuente en nuestro  país, pero me imagino que debe costar más que un “ojo de la cara”, como  se dice  popularmente.

La misma, a diferencia de la comadrona, no ejecuta, es decir, no realiza parto, realmente crea un vínculo con la familia de la embarazada, ofreciendo un servicio personalizado que ayuda a los familiares a disfrutar la experiencia del parto. Es una especie de acompañamiento.

La Doula ofrece presencia continuada, establece la relación desde el principio y está al lado de la pareja durante las etapas que la soliciten.

En un parto les acompaña durante todo el proceso sin tener que hacer cambios de turnos, puede acompasar su ritmo al de la mujer y la sostiene con discreción durante el tiempo necesario, comprometiéndose a dedicar toda su atención a una mujer. Brinda sus servicios de acompañamiento a las familias, a las cuales pueden atender personalmente, pero esto no significa que dejen de atender a su propia familia, debido a que es un trabajo por hora.

Luego de analizar esta situación, llegué a la conclusión de que el término ´´Doula´´, es una especie de ñoñería a la que solo las mujeres pertenecientes a la burguesía pueden tener acceso, porque hay muchas mujeres, aun en estos tiempos,  que en ocasiones van a la maternidad cuando les atacan los dolores, y hasta tienen que compartir cama.

Finalmente, mi investigación no me pudo llevar a saber si estos servicios son contratados frecuentemente  en nuestro país, pues tenía la intención de conocer el costo de ese lujo, pero sí pude encontrar que en España cobran 20-40 euros por hora, o 50-60  euros por visita, y que esto puede variar, porque se podría optar por un presupuesto global que oscile ente 500-600 euros para el acompañamiento durante el parto. Cuestión de clases sociales.

 

 


jueves, 6 de mayo de 2021

PERSONAS QUE SATURAN LAS REDES


 

Me encanta Facebook, es una herramienta maravillosa, generalmente la utilizo, pues admito que me gusta subir fotos personales, ya que vivo muy agradecida por la forma en  que me siento, a pesar de la cantidad de años que siento.

Me encanta publicar artículos y mensajes que aporten de manera positiva a las personas que me prestigian con  su visita, pero, últimamente he observado que hay personas que, quizás porque les sobra el tiempo o porque no tienen muchas cosas que aportar, saturan a los que usualmente chequean esta red, con fotos y comentarios que solo le satisfacen a ellos, y que se convierten en una rutina sin ningún tipo de atractivo.

No veo nada productivo en exponer a un niño subiendo fotos diariamente, hasta de momentos que deben protegerse, por seguridad.

Me llama la atención el tema de los padres con los niños, suben fotos y videos con todas las monerías que ellos se encuentran excelentes, y este hábito se les convierte en una adicción, que les hace pensar que, si un día no suben una foto, sin nada de particular, una simple foto, el mundo va a desaparecer.

Es cierto que para los padres, los niños más hermosos e inteligentes son los que la vida les ha dado, pero eso no debería ser un pretexto para que, cada vez que entremos a Facebook, tengamos que ver sesiones de fotos de niños, posando de manera obligada, sin que las mismas aporten nada nuevo.

Ojalá que las personas que acostumbran a eso, entendieran que esa práctica es sumamente aburrida, y que sus aportes son mínimos.

 

sábado, 1 de mayo de 2021

INOLVIDABLE ADOLESCENCIA




Mientras compartía con gente joven, como a mí me encanta, una persona amiga, habló refiriéndose a las penas de amor; llegando a la conclusión de que, quien no ha sufrido  por alguien, no ha vivido… Mantuve el silencio, debido a que, de ser cierta esa afirmación, yo siempre he estado muerta.

El más joven del grupo apoyó esta afirmación y, aprovechando la oportunidad, narró una decepción amorosa que tuvo en su adolescencia.

Sucedió un día de San Valentín, él estaba enamorado como un loco de una “gringa”, como no tenía nada que regalarle, procedió a vender un Play Station que él tenía, para comprarle un peluche gigantesco, llevarla a pasear, y guardar unos pesitos para el pago de taxis.

 La primera en darle la bienvenida, muy eufórica, fue la madre de la chica, apareciendo, de manera inmediata, la hija, quien sumamente agradecida, y agarrando su regalo, le dio las gracias, pero le expresó que ella tenía que salir.

 

Descorazonado, abordó  un taxi, mientras dos gruesas lágrimas, salidas desde lo más profundo de su corazón, rodaban por sus mejillas, mientras en la radio sonaba una canción muy famosa que dice please don´t go.

 Si hacemos un análisis de lo acontecido al joven de  esta historia,  podemos afirmar, acorde con estos tiempos, que la “gringa”  lo “chapeó”, con premeditación y alevosía.

 Primero, le aceptó el  gran peluche y luego, lo dejó plantado, a pesar de que más adelante, tuvieron una relación, pero…

 La historia empezó muy bonita, aunque a él le llamaba la atención el estado de euforia en que ella siempre se encontraba, algo que en muchas ocasiones llegó a preocuparle.

 Finalmente, la fiesta acabó como la de los monos. El desenlace fue rotundo, el amor se fue al diablo cuando ella le confesó que usaba marihuana. El, ni corto ni perezoso, “huyó por la derecha”, como hacía el Lagarto Juancho.

 Hoy, ya adulto, le sucedió algo a la inversa con una persona que lo supervisaba.

Luego de que todo andaba de “chupe usted y déjeme el cabo”, un buen día,  su supervisora amaneció con los cables cruzados. Le obsequió algo de comer, y mientras nuestro incauto joven degustaba con fruición el manjar obsequiado, este ser sin alma, que hasta ese momento era su jefa inmediata, le comunica, con un dejo de frialdad, que a partir de ese día no lo quería en su área de trabajo, que buscara para donde irse ipso facto. 

Él contó, que casi se atragantó con lo que comía, pero gracias a Dios no hubo necesidad de llamar al 911, y la vida lo premió yendo a trabajar donde otra jefa, con la cual se sentía como en la gloria. Todo obra para bien.

 


  ¿ANCIANA QUIÉN?   Hace unos días, pensando obtener una respuesta diferente, le pregunté a mi hija: ¿A partir de qué edad se considera ...