Conocí a una persona con unos
juicios muy certeros, ella siempre decía: ´´Cuando su boca no encuentre que hablar, quédese callado (a).´´
Siempre recuerdo su frase debido
a que los seres humanos a veces hablamos por hablar, nos creemos dueños
absolutos de la verdad, opinamos, sugerimos, aconsejamos muchas veces en
situaciones en que no es lo correcto.
Pienso que la mayoría de los seres humanos cuando tenemos problemas,
sabemos exactamente donde está la solución, siempre trato de enfocar a los
pacientes en la búsqueda de la solución, sin influir en sus decisiones con consejos.
Tuve un profesor en la
universidad que decía que un consejero no necesariamente tiene que ser
psicólogo, puede ser un sacerdote, un vecino, un amigo, cualquier persona que
pueda orientarnos, se puede hacer, pero sin vender la idea de que la otra persona tiene
que hacer lo que hacemos nosotros porque es lo mejor.
Algo muy diferente sucede cuando nos piden opinión, por esta razón es
recomendable que antes de opinar nos preguntemos: Nos pidieron opinar?
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