A los profesionales de la conducta,
se nos hace muy difícil que los familiares y amigos entiendan que no podemos
ser sus orientadores psicológicos cada vez que tienen un problema.
En días pasados el más grande de mis nietos, luego de un
conflicto que tuvo con su padre (mi hijo), quien le dejó establecidas de manera
clara algunas reglas, me pidió que me sentara frente a él para oír mi opinión
como psicóloga, él quería tener su clave de acceso para trabajar en su tablet,
además que yo lo convenciera de que le diera el permiso.
Cumplí su petición, me senté, pero
luego de escuchar su discurso de adolescente, le expliqué que podía oír las palabras de una abuela con la sabiduría que
los años le ha dado, pero que jamás sería su psicóloga.
Esta abuela tiene que colaborar con
las reglas que imponen los padres, rompiendo con la idea de que consentimos
todo a los nietos, especialmente en estos tiempos tan difíciles. Juntos
analizamos que como los adolescentes son menores y deben estar supervisados, la
privacidad que otorga una clave privada, no es posible, hasta tanto sea mayor
de edad.
Mi hijo es muy rígido en algunas
cosas, y a veces le choca lo light que tomo algunas situaciones, lo que sucede
es que esas cosas forman parte de las conductas normales de los adolescentes,
pero hizo bien al poner las reglas, y aunque
en los castigos, aunque no lo
expresé, sentí que se excedió, como padre inteligente se dio cuenta y solo dejó
el que era necesario.
¿ Abuela o psicóloga?
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