En nuestro país se les dice ¨ comeboca¨ a aquellas personas que viven pendiente de las cosas que hablan los demás, aunque no sean de su incumbencia, un gran número de nosotros somos así, me incluyo.
Asumiendo este papel, me enteré de la siguiente historia:
Un chico llamado B descolló en el barrio como un temido delincuente, desde muy corta edad robaba e incursionaba en el mundo de las drogas.
Otro joven, W, radicado en los Estados Unidos y que otrora se dedicara a conseguir viajes a menores de edad, los cuales utilizaba en sus negocios, fue traicionado por un joven llamado C, quien le dio un ¨tumbe¨ y se radicó en el país.
W contrato a distancia a B por una cuantiosa suma de dinero para que matara a C, le envió la mitad como adelanto y la demás se la enviaría una vez se consumara la ejecución.
¿Saben lo que hizo B? Cuando se vio con ese dinero se compró varias ropas de marca, un celular carísimo y empezó a frecuentar los casinos y a darse la gran vida con las chicas…y además le informó a C las instrucciones que le había dado W, diciéndole que se escondiera, pues él no pensaba cumplir la orden.
Pasado unos días, cuando se pensaba que todo se iba a quedar así, dos tipos empezaron a merodear por los alrededores del barrio donde vivía B, se pararon frente a un negocio fingiendo comprar frutas.
Cuando lo tenían bien ubicado, sentado en la entrada de un pequeño negocio vecino, le tiraron el primer disparo en una pierna y a renglón seguida, le dispararon otro mortal hacia la cabeza.
Como una paradoja del destino ese día parece que se le había acabado el dinero y estaba pidiendo comida pues el hambre lo estaba matando.
No había transcurrido una semana cuando ejecutaron a C…
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