Doña Chela, mi difunta madre, con su lenguaje particular siempre decía que cuando tu cuerpo no te “itara ”hacer algo que no lo hiciera.
Yo lo traduzco diciendo que el cuerpo nos da señales o
avisos y que nosotros no nos llevamos.
¿Saben lo que me dijo mi cuerpo cuando la primera
radiografía que salió que no tenía nada?, que dejara eso hasta ahí y me bebiera
un calmante que yo conozco, porque realmente a veces sentía una gran mejoría.
Fue entonces cuando mi marido, como hombre
disciplinado me insistió en que le diera seguimiento con el primer médico, pero
fíjense el curso que empezó a tomar la situación desde el capítulo anterior.
Se me olvidó decirles que este médico me indico una gran cantidad de
pastillas y unas malditas medias
antitrombóticas, las cuales según él sólo debía quitarme para bañarme y
dormir y encima usar de por vida.
A esas medias las odié antes de conocerlas, no obstante
cumplí al pie de la letra lo indicado, pero la molestia en mayor o menor grado continuaba.
Cuando iba a llegar casi a la locura, mi querida nuera
opinó que debía oir la opinión de otro médico.
Luego de asimilar su sugerencia, pasaremos al siguiente
capítulo….!CONTINUARA!
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