lunes, 23 de febrero de 2015

CUIDADO AL PEDIR A DIOS

Siempre he oído decir a las personas que invocan a Dios que hay que tener mucho cuidado con las cosas que les pedimos, ya que a veces en medio de nuestras tribulaciones no somos muy específicos y luego podemos sorprendernos con los resultados.

El segundo de mis nietos hasta los ocho meses fue cuidado por una chica a quien queremos mucho, sucedió que sin ninguna explicación llegado ese tiempo ella abandonó el trabajo y se olvidó completamente de ese niño a quien según ella amaba con locura.

Algunos años después la familia fue bendecida aún más con la llegada de Génesis Chantal, estábamos desorientados analizando quien cuidaría a esta princesa, fue entonces cuando reapareció la chica dispuesta a asumir sus funciones otra vez, ya había transcurrido aproximadamente tres años.

Todos estuvimos de acuerdo y empezó a ser la cuidadora por excelencia, como la vez anterior prodigándole a la beba todo el amor y cuidado del mundo, fue entonces cuando mi querida nuera, conociendo los antecedentes le pidió a Dios de todo corazón, con toda la fe que la caracteriza que le permitiera que ella cuidara a Chantal por lo menos hasta que cumpliera un año…

Saben lo que sucedió?...Papá Dios acogió su petición al pie de la tierra, la chica anunció su retiro del trabajo precisamente un día antes del cumpleaños de Chantal…

Sin más comentarios, el poder de las peticiones es fuerte y el de Dios para ejecutar más fuerte todavía!

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