jueves, 18 de febrero de 2016

TUYO EL PODER Y LA GLORIA



Gracias a ti Dios por permitirme llegar sana y salva a mi trabajo…

En mi diario accionar veo y siento tu presencia y tu mano que me tiendes cuando más desorientada estoy, bien sabes que aunque no vaya a la iglesia ni lea la biblia, en ti creo y confío, sé que tú no me juzgas.

Anoche soñé que iba montada en la parte trasera de un vehículo color blanco, el mismo presentaba tantos problemas mecánicos que el conductor se desesperó y prácticamente cayó en un estado depresivo.

Hoy en la mañana pedí un taxi y vino uno color gris claro, casi blanco, luego de arrancar, el mismo empezó a apagarse y el señor se comportó de la mismo forma del que aparecía en el sueño, impotente se llevaba una mano a la cabeza y afirmaba que últimamente todos los días le pasaba algo malo, que ya no sabía qué hacer con sus deudas.

Intentando calmarlo se me ocurrió decirle que eso era el diablo para que se desesperara, que no le diera la razón ya que su derrota iba a ser un triunfo para ese personaje maligno.

Cuando llegué a mi lugar de trabajo ya él estaba calmado y en control, fue entonces cuando relacioné el sueño con la realidad y honestamente me asusté ya que muchas veces se me ha hecho realidad lo soñado.

Solo pensé en darle gracias a Dios desde el fondo de mi corazón por estar viva, por mi familia, por mi salud, por mis sueños y por poner en mi boca las palabras adecuadas en el momento preciso.

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