Querido
Dios:
Tú que todo lo puedes, creador del cielo y de la tierra, te hablo como a
un hombre normal, ya que aprendí que contigo se puede.
No
voy a atosigarte con una
larga lista de peticiones, sé que el proceso te aburriría y esa no es la
idea.
Estoy
convencida de que aceptas mis locuras, mis debilidades, mis virtudes y mis
defectos por muchos que sean, también mis irreverencias ocasionales.
Sabes
perfectamente que mi cerebro no está programado para leer la biblia, pero igual
hay personas que lo hacen a diario, y sin embargo,tienen el corazón carcomido y son
ambivalentes.
Mi
pelota está en tu cancha: Tú más que nadie sabe mis carencias y mis
precariedades y sé que las tienes organizadas en orden de importancia, de hecho
ya empezaste a cumplir.
No
he pedido nada que para ti sea imposible, sólo necesito que me otorgues la
sabiduría necesaria para entender que
somos muchos con el mismo propósito y que algún turno debo agotar, gracias por
lo recibido, por ti espero y confío, la espera puede ser agotadora, no sé si en
tu reino es posible, pero si lo es, por
favor, dame un turno más cercano para algunas cosas que te he pedido que
solo sabemos tú y yo. Amén.
Autora: Epifania de la Cruz
Autora: Epifania de la Cruz
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