Muchas veces nos vemos envueltos emocionalmente en el manejo de una persona
en particular cuya presencia nos molesta, hay algo en el accionar diario de
ella que nos irrita, pero es entonces
cuando decidimos vivir con esa espinita, siempre con rabia cuando hace algo que
sabemos que va a hacer, que resulta
desagradable a nuestra vista, pero lo triste de esa situación es que la persona
no se da por aludida, es más ni siquiera se da cuenta.
Cuando nos pasa esto es sano preguntarse a sí mismo las razones por las
cuales esto sucede así. Estoy segura de que la mayoría de las personas no se
atreven a cuestionarse, debido a que conocen de sobra la respuesta…Porque no se
han atrevido a enfrentar a esa persona!!!!
Esta situación además de incomoda, si reflexionamos detenidamente, nos hace
lucir cobardes ante nuestros propios ojos, ya que soportamos algo que nos
afecta la vida y no tenemos la valentía
necesaria para atrevernos a enfrentar.
Mi recomendación, es acordar amablemente con esa persona, una hora y lugar
adecuado, donde de manera educada se le plantee eso inadecuado que ella hace y
que tanto nos molesta, es importante, antes del discurso, de manera sincera
hacerle sentir que la queremos, que es importante para nosotros, pero que su
actitud no es la correcta.
Ahora bien, por su salud emocional, si esta persona no muestra la intención
de cambiar lo que tanto nos fastidia, debemos hacer como el lagarto Wancho:
Huyamos por la derecha!!!
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