Es bien sabido que las personas que
viven en barrios marginados, y que reúnen algunas condiciones, casi
siempre son buscadas para bautizar.
Gracias a Dios, a mí no me suelen elegir para estos fines, pero hace muchos
años, una vecina con la cual yo me llevaba muy bien, me pidió que fuera la
madrina de su boda.
En aquellos tiempos, existían unos pudines que en el centro tenían una
fuente de agua.
Eran caros y no estaban a mi nivel. ¿Resultado?, la joven
exigió que de esos era que lo quería.
Consulté con una persona de un nivel económico muy alto, y me dijo que ninguna
persona que sea madrina de una boda, estaba obligada a cubrir ese gasto.
Hablé con ella, le expliqué mi situación, y me comprometí con aportar, no
con cubrir la totalidad del dinero, ella de una manera muy distante aceptó,
pero jamás imaginé que tomaría venganza...
El día de la boda, en la iglesia, todos los demás familiares me trataron
con frialdad, luego de la ceremonia al momento de desplazarse al lugar de la
recepción, todos se montaron en diferentes vehículos, y a mí me ignoraron como
si yo no existiera.
Conclusión, mi esposo y yo nos fuimos para nuestra casa, luego nos
enteramos que al momento de las fotos con los padrinos, me estaban buscando desesperadamente…
Se supone que en los vehículos debía haber un lugar reservado para mí.Una semana después,me enviaron una porción del pudín, envuelto de una forma tan fea, que no parecía apto para el consumo humano. Si fue venganza, realmente no me afecto.
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