Producto de la cadena de situaciones que se nos presentan a diario, es
muy probable que en algunos momentos que deben ser de felicidad para nosotros,
la tristeza, como enemiga envidiosa de todos los humanos, quiera hacer acto de
presencia, invadiendo nuestro espacio, de forma tal, que hasta podríamos
minimizarnos y pensar que nada de lo logrado vale la pena.
Eso nos ha sucedido casi a todos, y no muchos tenemos la valentía de sacudirnos,
desafiar a esa intrusa que nos quiere dañar el momento, mandarla al diablo y
mostrarle que nuestra fe, está por encima de todos sus propósitos.
Este enemigo silencioso tiene
varios aliados, uno de ellos, es cuando empezamos a compararnos con los demás,
otro, es la cama, debido a que en ocasiones, por alguna razón nos desvelamos,
especialmente las personas que por naturaleza, duermen poco. Es precisamente
cuando ésta aprovecha para adueñarse de nuestro ánimo, queriendo hacernos creer
que no hemos logrado nada, tratando, por todos
los medios, de que nos sintamos frustrados.
Es precisamente en ese momento cuando debemos levantarnos, siempre con
actitud desafiante, dispuestos a ganarle la batalla y decirle, en tono de
burla: “si sabes contar, conmigo no cuentes”. Inmediatamente cambies el chip,
verás cómo esa enemiga silenciosa se marchará derrotada, al ver que no tuvo
armas suficientes para ganarte la batalla. Debemos luchar con todas las armas
posibles para no dejarnos caer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario