Siempre he afirmado que sólo quiero lo que me pertenece, pues mi corazón no aguantaría un interrogatorio publico en el cual me viera precisada a admitir que delinquí, creo que me moriría en el acto.
Estas reflexiones son producto de ver en las noticias a un ex director de prisiones, quien como paradoja de la vida va a ir a ir preso acusado de aceptar soborno.
Me apena la situación y no lo juzgo, cuando se habló de la suma que supuestamente él aceptó me entristeció pensar en todos los años de trabajo que tiró por la borda, y también que a partir de ahora, se aclare el hecho o no, ha perdido algo irreparable en el ser humano: LA CREDIBILIDAD.
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