martes, 5 de marzo de 2013

LAS FAJAS Y LA APARIENCIA



Una vez leí un chiste sobre una chica que iba a cruzar la calle y de repente se cayó muerta, todo el mundo corrió a socorrerla y cuando empezaron a indagar sobre las causas de su deceso, se determinó que fueron sus jeans ajustados los culpables de su muerte, la asfixiaron.
Otra situación, pero esta vez real, fue la de una chica que estaba haciendo una pasantía en la institución donde trabajo.
El primer día que vino a mi oficina y se sentó frente a mi, me llamó la atención que era gordita, pero no  se le veía nada de grasa en su cuerpo, ni siquiera sentada se le veían lo que los dominicanos le llamamos “chichos”, que son acumulaciones de grasa, especialmente en el área de la cintura y el estómago.
Eso fue antes del mediodía, luego ella regresó de su hora de almuerzo y parece que no aguantó la presión  que sentía en su cuerpo y se quitó una faja que tenía.
Cuando vi el cambio, apenas pude disimular al ver como brotó toda esa grasa, parecía otra persona, ahora me pregunto si ella cree que engañó a alguien, se  engañó a sí misma.
Estas ejemplos son para aquellas chicas que en lugar de ir a un gimnasio y llevar una dieta sana, prefieren andar como las momias egipcias, envarilladas, no hay mejor faja que cuidarse, trabajar para mantenerse en forma, pero lo más importante es aceptarse como uno es, pues las fajas son como antifaces, una vez  te las quitas, aflora tu verdadero cuerpo.



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