
Usualmente acostumbro a afirmar que los padres deben hablar menos y educar a sus hijos en valores siendo un ejemplo, un buen modelo a seguir para ellos.
En el proceso de crianza de los hijos debemos evitar ser ambivalentes, ya que muchas veces prohibimos algunas cosas que hacemos sin fijarnos que ellos están a la expectativa.
Hace unos días leí un libro llamado Un Grito Desesperado cuyo autor es Carlos Cuauhtémoc Sánchez y en un capítulo llamado ´´Ley de la ejemplaridad´´ dice lo siguiente:
-´´Los hijos cargarán en el subconsciente durante muchos años los patrones de conducta que observaron en sus padres.´´
-´´Los actos valen mil veces más que las palabras. No es conveniente sermonear continuamente a los hijos pues ellos observan mucho más de lo que escuchan. Denles un ejemplo digno y cabal y las palabras de corrección saldrán sobrando.´´
-´´Nuestra influencia se da en esa escala: diez por ciento con palabras y noventa por ciento con actos.´´
-´´La única forma infalible es nuestra superación. Sólo siendo mejores como individuos engrandeceremos el modelo que les brindemos.´´
Finalmente hago una exhortación a los padres a que se autoanalicen si están dando el mensaje correcto a sus hijos ya que ellos copiaran el modelo sea este bueno o malo…Ojalá que sea bueno.
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