Que pensemos que no nos merecemos las cosas que la vida o las demás personas nos ofrecen, es directamente proporcional al estado en que se encuentre nuestra autoestima. Aunque no es positivo creer que nos lo merecemos todo, ya que eso entra en lo que se llama autoestima inflada.
De la forma en que nos aceptemos, dependerá por ejemplo, que cuando alguien nos diga que nos vemos bien, no sea necesario dar respuestas del siguiente tipo:
-Me estás viendo con los ojos del alma.
-¡Tú encuentras?
-Tratando de sacar de abajo…
No se complique minimizándose, diga simplemente gracias. Se ve bien porque se cuida y se ama y ese bienestar no es gratuito, obedece a que es una persona que se acepta, y por esas razones se ve bien.
Tampoco es necesario que al ganar un premio afirmemos que no lo merecemos…¿Por qué no si lo hemos trabajado?..Quise estrangular en facebook a una chica que daba gracias a Dios por el inmerecido esposo que tenía… ¿Y entonces que entiende ella que se merecía?
Cuando asimilamos que somos seres únicos e irrepetibles, logramos un grado tan alto de autenticidad, que muchas algunas cosas que a otros les amargan la vida, a nosotros nos resbalan.
Finalmente, mirémonos a diario frente a frente a nuestro fiel amigo el espejo, fijémonos en nuestras cosas positivas y digamos con convencimiento: ¡Soy una obra perfecta de Dios y no permito que ningún ser humano me haga sentir lo contrario!
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