Aceptémoslo o no, siempre hemos sido y seremos presas fáciles de las influencias
que ejercen los demás sobre nosotros, ya sea de manera positiva o negativa.
De repente nos podemos sorprender haciendo o dejando de hacer algunas
cosas, luego de empezar a convivir con una persona determinada.
Esta es muy peligrosa, especialmente en la adolescencia, debido a que si
no se ha recibido una educación basada en valores, se pueden confundir las
cosas y tomar como ejemplo modelos no apropiados.
Ojalá que las influencias que recibamos, siempre sean para lograr un cambio positivo en nuestro diario accionar
y no nos dejemos llevar de falsas apariencias.
De todos modos, existen personas altamente influenciables, especialmente
aquellas con problemas relacionados con la baja autoestima, las mismas pueden
tender a sobredimensionar las cualidades o cosas que los demás poseen, tirando
por el suelo sus logros, sin darse cuenta de que estos los han conseguido
gracias a un esfuerzo personal que por dejarse influenciar, no logra apreciar.
No es recomendable dejarse llevar por las apariencias, ya que como
decían nuestros padres: ´´Todo lo que brilla no es oro´´.
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