Nos pasamos gran parte de nuestras vidas postergando las cosas.
Cuando somos muy jóvenes nos imaginamos que el futuro es el mago resuelve
problemas, y nos desgastamos, envejecemos, y nos pasa a veces, que luego miramos hacia atrás y nos sentimos
frustrados, de repente nos percatamos de que aún no hemos logrado lo que
queríamos.
Siempre he pensado que la felicidad es un sueño, que si de verdad
existiera tuviera forma física, y los que tuvieran la posibilidad podrían
adquirirla.
De ese modo todos acabaríamos como en los cuentos de hadas: Y vivieron
felices…, pero no es así, la vida es muy dura, por eso debemos estar siempre
dispuestos a ganarle la batalla, usando para esto el mejor ablandador del
mundo: la actitud.
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