Es una forma moderna y agotadora de ser acosado, lo malo de la situación
es que hasta ahora, no he sabido de algún tipo de terapia para recomendar a la
personas que ejercen ese tipo de acción.
Algunas veces nos piden nuestro número de teléfono y en
fracciones de segundos empiezan a enviarnos mensajes tan kilométricos, que con
solo verlos nos sentimos exhaustos, entienden que deben gustarnos, por el simple
hecho de que para ellas son importantes, sería bueno que se cuestionaran en
torno a si alguna vez nos consultaron antes de tomar esa decisión.
Es bueno que los invasores de nuestro espacio tengan presente el tipo de
acercamiento que tenemos, y si realmente tienen la confianza necesaria para llenarnos de imágenes perversas, de
chistes grotescos o de textos religiosos larguísimos, sin importar si son de
nuestro agrado o no, ya que no hay forma de saberlo, ya que no han preguntado.
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