Cuando realicé mi maestría, tuve la oportunidad de aprender de una excelente facilitadora, que cuando alguien nos cae mal, el mejor mensaje que debemos enviar a nuestro cerebro, es que es tímida (o), en lugar de empezar a buscarle defectos, ya que esto nos predispone.
Es algo que todos lo hemos vivido: Sentir que, sin nunca haber hablado
con una persona, sencillamente no la soportamos, provocando esto que pongamos barrera, ya que nos irritan todas las cosas que ella hace,
generalmente sin el deseo de molestarnos.
En estos casos, y lo digo por experiencia personal, quien más sufre es
quien tiene esa predisposición, ya que la víctima, generalmente no se da cuenta
de que cada movimiento que realiza, es monitoreado por la mirada asesina que en
ocasiones le damos.
Aun siendo profesional de la conducta, hago un mea culpa, ya que me ha
sucedido esto en varias ocasiones, y en algunos casos, he tenido que
arrepentirme, ya que se me ha presentado la ocasión de interactuar con esa persona
a quien quise sacar de mi camino, y
luego resultó ser un gran ser humano. Ojo con eso.
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