Todo
el que lee mis artículos sabe que siempre he reconocido lo mucho que me ha
costado aprender a dominar el uso de las benditas comas, y con relación al
punto y coma, solté la toalla. He recibido capacitaciones, pero en ocasiones,
me faltan y en otras, me sobran mientras escribo.
Tengo
un amigo hermano, a quien le doy siempre a corregir mis artículos, el cual es
un juez implacable, pues en ocasiones,
mis fallas le resultan insólitas, e inclusive, me ha dicho en varias ocasiones,
que yo escribo al revés, realmente tiene razón, siento que mi cerebro funciona así.
Una
de las cosas que más admiro en él es, que viniendo de una familia muy pobre,
haya logrado, ese nivel tan elevado en cuanto a las reglas gramaticales se
refiere.
Todo
iba muy bien, hasta que me puse a meditar que dependo demasiado de su revisión
para publicar mis artículos, los cuales me reflejan tal y como soy yo…Un poco
al revés. Quizás es mi forma de ver la vida, y siento que no me ha ido tan mal.
Decidí antes de que salga el 2020, liberarme de ese
yugo gramatical, ser más cuidadosa con
mis revisiones, consultar cualquier inquietud, pero ante cualquier
circunstancia, seguir manteniendo ese estilo medio loco que hasta ahora me ha
funcionado.
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