Cuando las circustancias me lo permiten, temprano en las mañanas, me
encanta oír a Alberto Linero, en Caracol Tv. Sus mensajes siempre levantan la
autoestima y fortalecen el espíritu.
Ayer empezó hablando del bienestar que recibe el organismo cuando
sonreímos, obvio que podemos encontrar personas que se pierden este privilegio
que tanto bien nos hace.
Aprendí de alguien que debemos sonreír hasta cuando tomamos el teléfono,
ya que eso logra que la persona que nos oye perciba amabilidad y esto le dé
confianza para tratar lo que desea.
Realmente creo no necesitar el primer consejo, ya que sonrío con mucha facilidad,
y de ahí a las carcajadas, solo hay un paso.
Por ejemplo, realizando el teletrabajo, como estaba sola, no quería
estar trancada, y opté por trasladar mi laptop a la galería de mi casa. Llegaron
dos jóvenes de la Compañía de Electricidad: Uno estaba muy serio, concentrado
en su trabajo, pero el otro, pura chercha.
Cuando empezaron a trabajar, este último empezó a cantar una serie de
canciones, con unas letras insólitas, las cuales acompañaba con una voz, tan
desafinada, que parecía un gato al que le han pisado el rabo.
Hice una pausa en mi trabajo y le pregunté si las canciones eran de su
inspiración, y me dijo que sí con tanto orgullo, que nos reímos a carcajadas
los tres.
Cuando tenemos la sonrisa como nuestra aliada, la carcajada llega sola,
sin que nadie la invite.
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