UTE significa
Universidad de la Tercera Edad, con un slogan que decía: “La Universidad de la Vida
y la Esperanza.”
Cuando estudié
allá, estaba prohibido decir que “loro viejo no aprendía a hablar”, la edad
requerida para ingresar era 35 años. Allí
viví muchos momentos felices.
En muchas
ocasiones me pregunto ¿cómo pude completar esa carrera, con tantas limitaciones
económicas y poder estar a la altura de tantas personalidades que conocí? Solo con el poder de Dios y mi osadía.
Un día me vi
acorralada y escuché a alguien comentar
que, por pertenecer al coro los estudiantes que calificaran tenían el beneficio
de media beca. Aprovechando que tengo un chorrito de voz, el cual, por obra y
gracia del Espíritu Santo, me permite entonar algunas canciones en las cuales
no hay que subir mucho, me armé de valor y fui a investigar.
Inmediatamente,
el Subdirector del coro, una persona de un trato bastante duro y grotesco en
ocasiones, me puso a entonar una melodía, ahora me da risa cuando pienso que
empecé a cantar, nada más y nada menos, que ´´Para vivir´´, de Pablo Milanés, gracias
a Dios que solo con oír un pedacito, él
dijo que yo era contralto… Oh my God!!!
Realmente no sé
si fue que él vio la necesidad reflejada
en mi cara, o quiso premiar mi frescura, lo cierto es que estuve en el coro
hasta que terminé mi carrera. Realmente fue un sueño estar dirigida por un
excelente maestro como lo es Juan Radhamés Cruz Miolán, un gran motivador, del
cual tengo muchos aprendizajes.
Finalmente, se
me metió en la cabeza que aún podía aprender a tocar piano, no pude aprender
bien las notas musicales y se me abrió el pecho, pero lo intenté, y eso forma parte de mis vivencias.
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