Los
cambios son tan importantes en los seres humanos, que se podría afirmar que
están totalmente validados por la madre naturaleza, y se manifiestan de manera
visible en el cuerpo.
Todos
nacen, crecen, se multiplican, envejecen retrocediendo a la niñez, y en ese trayecto,
las transformaciones se dan de manera irreversible.
Es inevitable que suceda:
-Todos
los chiquitos, empiezan con el proceso de la dentición, ya que al nacer parecen
viejitos desdentados, y muestran al mundo su primera dentadura, estos son llamados dientes
de leche.
-Alrededor
de los seis años empiezan a cambiar esos dientes, teniendo como resultado, una
nueva dentadura ya definitiva.
-Una
vez llegada la adolescencia tanto varoncitos como hembritas, experimentarán
diferencias notables. En el caso de las niñas, aflorará su primera
menstruación, señal clara de que a pesar de su tamaño, su cuerpecito está listo
para la maternidad.
-Pasan
los años, vienen los hijos, estudian,
crecen, se marchan, llega el llamado nido vacío, y es ahí, donde las mujeres
vivirán uno de los cambios más
dramáticos: La naturaleza decide que ya no están en edad de parir, y desaparece el período menstrual.
Tanto
las mujeres como los hombres, deben estar conscientes de que los cambios
llegarán de manera antojadiza, y deben estar preparados para aceptarlos, sin complejos,
y felices por lo que han vivido.
Autora: Epifania de la Cruz.
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