Aunque el título de ese artículo, huele
a enfermedades, les voy a hablar de proyectos, palabra mágica que debe formar
parte de las metas de los seres humanos.
Generalmente
cuando tenemos planeado algo a futuro, luego de tener casi en las manos lo deseado,
analizamos tanto los pros y los contras que conlleva el proceso, que al final
del camino, se produce una especie de parálisis, la cual puede contribuir a que
no se materialice lo proyectado, y se frustren nuestros planes.
Es
muy bueno ser cuidadoso, sobre cuando de inversiones se trata, pero hay que
serlo más cuando dependemos de muchas opiniones para cristalizarlas, no debemos
actuar a ciegas, pero es imposible complacer a todo el mundo haciendo una
especie de censo, buscando aceptación, lo usual es que las personas consultadas
se empoderen al opinar, contribuyendo esto a
postergar el logro del objetivo, a confundirnos y a paralizarnos.
No
demos tantas largas, actuemos, porque si fracasamos en el intento, serán muy
pocos los que se mantendrán a nuestro lado, inclusive algunos se alegrarán, esto
forma parte de la naturaleza humana.
Finalmente,
ayer fui víctima de lo que acabo de narrar: Durante dos horas estuve chequeando
ese artículo, pretendía que no se fuera
ni el más mínimo error, ya cuando entendí que estaba perfecto, sin guardarlo,
reinicié la máquina, desapareciendo el texto completo con todas las correcciones,
gracias a Dios, tenía un original en una carpeta, como he podido, según me he acordado,
hice la reconstrucción. El exceso de análisis, me paralizó.
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