sábado, 9 de mayo de 2020

EL DIABLO CONTINÚA TRABAJANDO




Las personas que me conocen siempre me oyen decir que el Diablo es sucio, que no duerme, y a esto le agrego lo que me dijo una vieja amiga: “El Diablo no duerme, porque no tiene pestañas”.

El comentario viene a colación debido a que siempre ha captado mi atención una excelente cantante británica llamada Adele, quien, además, es compositora y multiinstrumenlista, habiendo sido su trabajo merecedor de grandes reconocimientos.

Es muy joven, y hasta hace poco mantenía un estilo que a mí me fascinaba, pues, a pesar de su sobrepeso y su forma de vestir que la hacían lucir mayor, se veía estupenda, única y auténtica. Imagino que sus seguidores quedaban tan extasiados con su voz, que ni siquiera se fijaban en los otros detalles.

Pero ella decidió revolucionar su imagen, según me enteré en un programa de farándula, perdió ciento veinte libras, y cuando mostraron la foto de  su nueva imagen, casi me desmayo del  asombro.

Prefiero conservar en mi mente esa inmensa figura, tan fuerte como su voz. Si ahora tuviera la oportunidad de ir a verla en un concierto, honestamente, la desecharía… ¡Qué desencanto!!!


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