Esa fue la expresión de mi marido cuando le comenté lo presenciado en una avenida de este país, la cual se llama Gregorio Luperón, creo que este eminente político y militar dominicano, reviviría si viera el estado en que está la calle que lleva su nombre.
El día lunes 6 del presente mes hubo un aguacero torrencial, esto ocasionó que muchas calles de este país se inundaran y en mi trabajo algunas oficinas sufrieron los embates de la lluvia.
Una compañera que tiene un vehículo pequeño se ofreció a encaminarme de regreso a casa y no previendo lo sucedido, hizo ruta por la calle antes mencionada.
La escena fue espeluznante: atravesamos la calle inundada como si fuera un rio de gran corriente, totalmente en cámara lenta.
No sé mis compañeras, pero yo mentalmente repetía lecturas de la novena del divino niño.
Cuando estábamos por mitad del camino una señora cayó en un hoyo, las demás integrantes del carro empezaron de manera histérica a vocear que esa mujer se estaba ahogando.
Parece que mis oraciones llegaron, porque sólo pude ver cuando el agua le llegaba a la mujer hasta el cuello y salía con su cartera y su sombrilla , realmente nadando de manera insólita, me imagino que cayó en un hoyo tal vez no tan profundo, pero la corriente del agua le impedía salir de manera normal.
Yo estaba tan anonadada que no pude atinar a sacar mi blackberry para tirar fotos y de esta manera poder trasmitirles lo que sentí, por eso fue que cuando le dramatizaba lo ocurrido a mi pareja, su expresión fue…Pero ¿Por qué no tiraste fotos?...!te quemaste como reportera!
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