Hay muchas cosas que en un momento determinado pueden afectar las relaciones familiares, a mi juicio una ellas, es el sueño de una gran mayoría de los dominicanos de marcharse a los Estados Unidos, creyendo que van a encontrar el dinero rodando por las calles.
Para lograr esto son capaces de las cosas más insólitas, por ej. separarse de su pareja y casarse por negocio con otra persona, vender sus propiedades, y en el caso más extremo, irse en yola.
A veces se exceden en la consecución de ese objetivo, pues no siempre están tan mal economicamente como ellos se visualizan.
Pierden calidad de tiempo y de vida con sus esposas, pero especialmente con los hijos, ya que en algún sitio leí que el tiempo que no disfrutamos con nuestros hijos, simplemente lo perdemos.
En la clase social a la cual pertenezco no he conocido una sola persona que haya regresado victoriosa y llena de dinero a vivir sin privacidades, viven anhelando que lleguen las navidades para venir y si no pueden hacerlo la tristeza es inenarrable.
Ya ni siquiera pueden venir a presumir de la ropa que compran allá, ya que gracias a la proliferación de los mercados de pulgas en este país, cualquier persona puede vestir como si fuera de la realeza.
Sería interesante que aprendamos a valorar nuestro país, para que de esta forma no nos veamos en la necesidad de regresar como Juanita, la del merengue de nuestra cantante Milly, entonando que ♪♪♪volvió y dijo que no volvía, volvió con una maleta cargada de lejanías♪♪♪…
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