El día de Noche Buena, mientras en mi barrio algunos vecinos bebían sin control y otros hacían que los oídos estallaran de tanto oir las bachatas de Anthony Santos, el cual me fascina, pero en algunas ocasiones me irrito porque los radios tienen el sonido de varias latas que son arrastradas por un carro sin muffler.
Mientras esto
sucedía, luego de cenar tuve un conversatorio
bastante interesante con mi yerno, una de las personas con las cuales
los temas a tratar no se terminan y nunca
aburren, sin darnos cuenta abordamos el tema de cuando yo hice mi
pasantía hace unos años en la cárcel de
Mujeres de Najayo.
Le conté de
cómo la primera paciente que vi en mi vida, sin aún haberme graduado, fue una
chica adicta a las drogas, a ella me la trajeron unos instantes después de
haber intentado suicidarse...ELLA VA A SER EL PRIMER CASO QUE LES CONTARE DE
MIS VIVENCIAS EN NAJAYO MUJERES.
Esta noche
buena fue bastante fructífera, luego de hablar por tanto rato con él fue cuando
me sentí motivada a escribir sobre esa
etapa de mi vida que nunca voy a olvidar…
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