domingo, 4 de noviembre de 2018

PERSONAS OSTENTOSAS



Hace varios días mientras abordaba un ascensor en la institución en la cual laboro, entraron dos hombres, los cuales lucían ropa barata, se veía a todas luces que económicamente no estaban bien parados.

Tan pronto entraron, uno de ellos empezó a criticar un nuevo sistema implementado  con los carnets para los visitantes. Si hay algo que me  irrita sobremanera es que quieran tirar por el suelo cosas que están bien establecidas, especialmente cuando las personas no califican para eso.

Como no recibió apoyo cuando empezó a hacer los comentarios, luego de ver mi carnet de empleada, uno de ellos  le dijo al otro con toda la  petulancia del mundo:
¿Tú te imaginas que yo venga con una de mis chacabanas de mil dólares, y me pongan ese sello, y la misma se me dañe?

Inconscientemente procedí a chequearlo de arriba abajo, y luego de pensar que ese tipo ni en película había visto esa cantidad de dinero, y casi saliendo del lugar, con mucha delicadeza, le dije: Caballero, en el lobby tenemos disponible un buzón de sugerencia para que exprese su inconformidad, gracias, trabajamos para servirle.

No sé cuál sería su reacción, pues salí al piso solicitado por mí, pero me sentí satisfecha, debido a que le respondí de una forma fina y elegante, sin faltarle al respeto, y sin permitir que menospreciara el lugar donde trabajo.






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