Todos en nuestras vidas hemos tenido la oportunidad de conocer alguna de
estas personas, una de sus principales características es que aprenden a manejarse en un nivel muy elevado de
stress, tienen a sobredimensionar y a dramatizar situaciones que para el común
de las personas son normales
Según su formación pueden ser excelentes personas, pero también pueden
promover el conflicto en gran escala, aún
sin proponérselo, pueden formar una tormenta en un vaso de agua y si no sabemos
manejarnos con ellas, fácilmente podemos dejarnos influenciar y caer en su
trampa inconsciente, situación que podría traernos problemas ya sea en lo
personal o en lo laboral.
Estas personas sin darse cuenta pueden llevarnos a que no actuemos con inteligencia emocional.
Cuando a este nivel de intensidad se suma una gran inteligencia, estas
personas son incapaces de hacer un alto en el camino para relajarse y tomar
decisiones sanas, contrario a esto se involucran en un sinnúmero de actividades,
aún estando consciente de que no van a poder cumplirlas a tiempo.
Uno de los problemas más graves es que no saben decir que no y se pueden
pasar el resto de la vida huyendo, pero ¿saben de quién? ¡DE ELLOS MISMOS!
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