Hace un tiempo, como decimos los dominicanos ¨me quillé¨, esto significa que me incomodé, me puse histérica con el escándalo protagonizado por el famoso merenguero boricua Elvis Crespo, al cual admiro muchísimo.
La rabia me duró muchos días, me sentí defraudada y con un complejo de culpa, pues a pesar de todo, cuando lo veía en escena me sucedía algo parecido a cuando un padre tiene un hijo muy tremendo, reconoce que lo es, pero aún así lo ama. A pesar de todo me fascina el trabajo de este artista loco.
Desde el incidente aquel no lo había visto, anoche tuve la oportunidad de ver su nueva imagen y me quedé en shock durante algunos minutos, tiene un cambio totalmente fuera de serie, hay que tener un grado muy elevado de locura para asimilar una transformación tan rotunda, y otro mayor para que te sientas tan emocionada como estoy.
Siempre les he comentado mi predilección por los artistas locos y estrafalarios, que rompen esquemas, que se atreven, obviamente me refiero a su imagen, sin que esto signifique que se vean envueltos en actos que afecten su moral y que hagan que como su admiradora me sienta ultrajada.
Sé que muchos al verlo dirán que el perdió el juicio, ojalá no lo encuentre y siga brindando tanta calidad, como sólo él sabe hacerlo…Un consejito Elvis: puedes modificar un poco tus movimientos, recuerda que por la televisión hay niños y ya bastante asustados deben estar al ver tu nueva imagen.
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