lunes, 3 de enero de 2011

LA HISTORIA DEL MAESTRO LUIS



Hace unos días, precisamente cuando finalizábamos nuestra maestría, recibimos la desoladora noticia de que uno de los profesores más queridos había sido diagnosticado con leucemia crónica.

No puedo negar que el terror me embargó, un gran nudo se apoderó de mi estómago y en la noche apenas pude conciliar el sueño, mi esposo se afectó mucho con la noticia.
Durante algunos días permanecí en shock, hasta que definitivamente me armé de valor y le mandé un mensaje, parece que no lo leyó, ya que no me contestó.

Bajo la iniciativa de mi amiga Marisela, quien convocó a los integrantes del grupo, decidimos ir a visitarlo y ambas nos prometimos que aunque nadie fuera, estaríamos ahí, ya que para nosotras él es especial.

La primera cita se canceló, pero a la segunda dije que sólo dejaría de ir si papá Dios así lo decretaba.

Esperábamos encontrar a una persona vencida y deteriorada, pero sucedió todo lo contrario, vimos a un hombre valiente y desafiante, capaz de enfrentar lo que venga.

Como maestro que es por encima de todo, se sentó con nosotras y respondió todas nuestras interrogantes, y como de costumbre, al finalizar la visita salimos con nuevos aprendizajes, como siempre ha sido.

La historia empezó con un sangrado abundante, mientras se le practicaba un trabajo odontológico, persistiendo el mismo alrededor de once horas.

Esto no le impidió cumplir con la agenda de pacientes que tenía en horas de la tarde, siendo precisamente una de las personas a quienes atendía quien le advirtió que estaba sangrando.

A partir de ese momento hacia interrupciones entre sesiones para ir al baño a escupir; cualquier otro terapeuta en esa circunstancia hubiese cancelado todas las citas, me pongo en su lugar y el pánico tal vez me hubiese paralizado.

Tuvo que ser ingresado y luego de varios estudios se determinó una cantidad desproporcionada de glóbulos blancos, siendo esto una característica de los pacientes de leucemia crónica.

Nuestra visita, lejos de ser triste, fue sumamente motivadora, pues en mi faceta de alumna nunca pude imaginarme a un ser humano con tanta precisión para afrontar su situación actual y su porvenir.

Está dispuesto a enfrentar todos los tratamientos posibles, ha investigado todos los pros y los contras de su quebranto, vi a una persona sin miedos, eso me fascinó.

Actualmente lleva un tratamiento incosteable, hasta se ha hablado de trasplante de médula, pero gracias a las facilidades que le ofrece su seguro médico, tenemos la seguridad de que su quebranto será cosa del pasado. Estoy totalmente convencida de que el siguiente artículo que escriba sobre este maestro, será para agradecer a Dios porque ya estará totalmente recuperado.

Queremos que tenga presente que por largo que sea el camino, nunca lo recorrerá solo, ya que siempre estaremos con él.

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