Cuando nos esforzamos para lograr un objetivo y somos perseverantes, generalmente recibimos la recompensa esperada, ese ha sido el caso de nuestra familia desde que vino al mundo un primer tesoro llamado Iván José.
Desde su nacimiento tuvo una serie de problemas que impidieron que pudiéramos disfrutar las cosas que le correspondían en cada etapa de su crecimiento, pero en lugar de rendirnos , luchamos como si fuéramos guerreros y nos aferramos a todas las terapias que él necesitaba,es posible que hoy nos preguntemos cómo conseguíamos el dinero,pero realmente apareció y de qué forma.
Hoy a sus siete años todo eso pertenece al ayer y las cosas por corregir son mínimas, él es nuestra obra maestra.
Como premio todo lo vivido, vino al mundo el segundo tesoro llamado Enmanuel, con sus dos añitos hablando como un periquito, alborotándolo todo e intentando hacer lo que hace Iván José , ambos son las luces que iluminan nuestras vidas.GRACIAS A DIOS POR ESAS BENDICIONES.
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