Si hacemos un análisis de lo acontecido al joven de esta historia parte 1, podemos afirmar, acorde
con estos tiempos, que la “gringa” lo “chapeó”
con premeditación y alevosía.
Primero, le aceptó el gran peluche y luego, lo dejó plantado, a
pesar de que más adelante tuvieron una relación, pero…
La historia empezó muy bonita, aunque a él le llamaba la atención el estado
de euforia en que ella siempre se encontraba, algo que en muchas ocasiones llegó a preocuparle.
Finalmente, la fiesta acabó como la de los monos. El desenlace fue rotundo,
el amor se fue al diablo cuando ella le confesó que usaba marihuana. El, ni
corto ni perezoso,“huyó por la derecha”, como hacía el Lagarto Juancho.
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