martes, 26 de julio de 2011

EL DERECHO A DISfRUTAR EL NIDO VACIO


Es esta etapa de la cual ya les he hablado, para algunas personas como en mi caso, maravillosa, inigualable.

En ella los hijos se han marchado de nuestra casa, y nos encontramos solitos, con nuestra pareja,con mucha edad, pero con una experiencia tal que disfrutamos a plenitud esa soledad.

Es en estos momentos, cuando algunos hijos empiezan a querer buscarle colocación a los nietos, esperando le demos a esos pequeños y queridos diablitos, un tiempo y espacio que ya fue agotado cuando lo criábamos a ellos, realmente ya no tenemos la energía para estar correteando el día entero detrás de esas criaturas, que parecen estar entrenadas para ganar carreras en las olimpiadas.

Nosotros, abuelos con canas, pero con muchas ganas de hacer cosas, no permitamos que nadie estropee el derecho que tenemos a disfrutar nuestro espacio y a sentirnos vivos, porque realmente, aún lo estamos…

No asumamos responsabilidades de otros, no sacrifiquemos las cosas que nos gustan innecesariamente, ahora bien si es una real necesidad debemos tratar de cooperar, pero no de manera indefinida, sólo hasta que la situación lo amerite.

Disfrutemos cualquier momento junto a los nietos, pero jamás debemos asumir el protagonismo de sustituir a sus padres, es bueno recordar siempre, que los abuelos no estamos para esos trotes.

Cuando nos soliciten que nos quedemos a cuidarlos , tratemos de no hacerlo en la casa de nosotros, hagámoslo en la de ellos, de esta forma el reguero se queda en otra casa que no es la de nosotros… ah, algo muy importante cuando estén de visita y nos estén fastidiando más de la cuenta, y sintamos que estamos perdiendo el control, debemos llamar a sus padres para que vengan en nuestro auxilio.

Siguiendo estos consejos la felicidad se reflejara en nuestros rostros y hasta luciremos tan rejuvenecidos, que hasta pensaran que nos hicimos una cirugía !DISFRUTEMOS TODO, QUE DE AQUÍ EN ADELANTE TODO ES GANANCIA!

No hay comentarios:

  ¿ANCIANA QUIÉN?   Hace unos días, pensando obtener una respuesta diferente, le pregunté a mi hija: ¿A partir de qué edad se considera ...