La mayoría de las personas piensan que debemos actuar a su imagen y semejanza y cuando ocurre lo contrario se creen con la autoridad de juzgarnos.
Cada ser humano es único e irrepetible y por tal razón el comportamiento de uno dista mucho de cómo accione el otro y definitivamente hay seres diferentes al común de los mortales, lo que a uno vuelve loco a otro ni le inmuta.
Por ejemplo en mi caso he sido juzgada porque no sé manejar ni tengo visa y vivo en un barrio de la parte alta, las veces que me han cuestionado y he dicho que esas cosas me son indiferentes ha faltado poco para que me sacrifiquen.
Han tratado tantas veces de acorralarme con el tema del manejo que a algunas personas he tenido que decirle que simplemente no me interesa, que de haberme interesado hubiera trabajado para tener un carro ya que eso hubiese estado dentro de mis metas.
Una vez un grupo de señoras de una iglesia del barrio organizaron una jornada de oración en las diferentes casas y me pidieron empezar por la mía, obviamente acepté gustosa, pero el encanto terminó cuando el rosario que era pasado de mano en mano llegó a la mía y yo dije sin ninguna vergüenza que no sabía el manejo del mismo, parece que cayó la bomba de Hiroshima, todos me miraron como si yo fuera una extraterrestre.
Hubo una que hasta me dijo que como era posible que una mujer como yo con tantos estudios no supiera el manejo del rosario, no contesté, para no faltarle al respeto, preferí imaginar que habló una niña de tres años, pero por dentro pensé que en dónde dice que es obligatorio saber el conteo de todas y cada una de las cuentas de un rosario?...De niña nunca me enseñaron, ya de adulta me da flojera y realmente no creo que para estar bien con Dios tenga que pasar esa prueba, por favor vivamos nuestras vidas y dejemos a los demás vivir la de ellos como puedan.
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