DESHACIENDOSE DE LAS COSAS VIEJAS
Hace cierto tiempo recibí un mail donde se exhortaba a las personas que lo recibieran a despojarse de las cosas inservibles y una de las cosas que recuerdo que me gustó más era que decía que las personas que no hacían esto es porque no confiaban en que la vida le iba a proporcionar otras cosas.
Es común tener el closet lleno de cosas que a veces nunca nos hemos puesto y que sabemos que nunca lo vamos a hacer.
Leí una vez en un librito de metafísica que por cada cosa que deseas hay muchas gentes que tienen y desean desprenderse de ellas. Te voy a poner un ejemplo: di entre tus amistades que no tienes zapatos que ponerte y verás cómo aparecen varias que te preguntan que número eres y cuando vienes a ver tienes muchísimos zapatos que te han regalado.
Creo en lo efectivo de los pensamientos de abundancia, por esta razón paso el año entero dando y recibiendo. No le temo al futuro, por eso siempre me deshago de cualquier cosa que no use.
A veces la mezquindad nos arropa y queremos ponerle precios a las cosas inservibles para nosotros, pero que para otro tienen mucha utilidad. No hagas esto, regálalo todo a quien lo necesite, abre tu corazón a la abundancia y esto recibirás.
Siempre he pensado que eres lo que piensas de ti y que muchas veces la pobreza es un estado mental. Si piensas que no tienes nada, realmente así es. Me gustaría que de ahora en adelante, a no ser que tengas el SINDROME DE DIOGENES, rebusques entre todos esos desperdicios que tienes guardados, elijas a las personas a quienes se los vas a dar, prepares fundas con sus nombres y empieces a dar: verás cómo recibes el doble de lo regalado.
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