lunes, 17 de noviembre de 2008

Mentirosos maquillan la realidad con falsedades

• Todas las personas han mentido en la vida, pero cuando es frecuente y constante se vuelve una verdadera enfermedad.







Todas las personas, casi sin excepción, han mentido alguna vez en sus vidas con el fin de esconder algo, pero cuando esas mentiras se vuelven constantes y frecuentes, existe un grave problema.

Esas famosas “mentiritas blancas” o “piadosas” son difíciles de eliminar y pueden servir para salir de un eventual apuro, pero es importante no caer en la costumbre de mentir, porque ahí comienzan los inconvenientes y la persona se vuelve mitómana.

La mitomanía es una enfermedad psicológica que consiste en mentir compulsivamente como un mecanismo de defensa con el fin de esconder algún conflicto interno, el precio a pagar por las mentiras es caro, ya que siempre las personas alrededor del mitómano tarde o temprano descubren la verdad.

Cuando una persona miente desvirtúa la realidad, ya sea diciendo lo opuesto, engrandeciendo el asunto o añadiendo elementos inexistentes a su versión.

“La gente generalmente miente, dice mentiras piadosas o no dice toda la verdad, es más común de lo que uno se imagina, pero cuando se habla a nivel patológico es cuando ese tipo de conductas generan conflictos a la persona que lo padece”, dijo el psicólogo William Ramírez.

Sin conciencia

El especialista comentó que cuando se dicen mentiras para salir de algún apuro, la persona está consciente de lo que está haciendo e incluso prepara con antelación su argumento para no cometer ningún error, pero cuando no se da cuenta de lo que hace pasa al plano patológico o enfermizo.

“En la mentira común y corriente uno sabe que está mintiendo, incluso se puede preparar para decirla y es una conducta de todos los días y de todos, pero cuando esta actitud provoca conflictos con los demás y uno no está consciente de lo que está haciendo ya pasa a lo patológico, porque no se tiene conciencia”, dijo Ramírez.

Cuando ya se vuelve una enfermedad psicológica, la persona miente todos los días y a cada momento, maquilla la realidad con sus fantasías creyéndose ella misma lo que está diciendo, es decir, no sabe que está mintiendo porque cree en sus propias mentiras.

Según el psicólogo, la mitomanía puede ser un síntoma de una enfermedad más grave, porque lo que está haciendo es ocultar algo peor, algo de fondo.

Trastornos

Ramírez aseguró que es importante buscar qué es lo que se oculta detrás de la mentira para conocer el significado del síntoma y determinar así las causas de por qué la persona miente.

“Buscando las causas se puede entender el porqué de la mentira del paciente. Son mentiras que para ellos son una verdad”, dijo Ramírez.

Las causas se buscan dentro de la historia personal del paciente porque siempre estará relacionado con el proceso de desarrollo, pues cuando lo toma como una actitud propia es porque algo lo marcó en la niñez.

“Hay que ver en qué situaciones la persona miente, porque en todo discurso hay un mensaje por debajo del manifiesto. Siempre hay que dudar de todo discurso porque el mensaje viene distorsionado, la verdad absoluta no se puede creer”, afirmó el psicólogo.

Las personas mitómanas suelen tener una baja autoestima o, por el contrario, ser muy pretenciosas y necesitan distorsionar la realidad y su visión de ellos mismos para verse más atractivos ante los demás. Se asocia también con trastornos de personalidad y de delirio, porque es una conducta en que el paciente no siente culpa y no está consciente de que miente.

Difícil cura

La cura para la mitomanía es difícil, porque la persona tiene una realidad distinta a la de las otras personas, lo que para otros es una mentira para ellos es una verdad que creen y sostienen hasta el último momento.

El psicólogo Ramírez explicó que contradecirle a un mitómano es lo peor que se puede hacer, pues con ello no se conseguirá más que empeorar el problema; lo mejor es la ayuda psicológica, porque es una situación complicada de resolver.

“Cuando se miente de forma consciente y la persona prepara la falacia, es más fácil que se enrede porque es difícil sostener la mentira, pero quien lo tiene como problema o como síntoma es algo que va a repetir siempre, porque esa es su verdad”, recalcó Ramírez.

Fuente:prensalibre.co.cr

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