
Muchas veces nos comportamos como el rey Midas, queremos hacer oro de todo lo que tocamos, vivimos la vida soñando siempre con alcanzar la felicidad,obteniendo bienes materiales, pero resulta que a veces somos felices y no hemos reparado en ello.
Ahora me pregunto: ¿Son felices los que tienen todo lo material resuelto?. Anhelando esas cosas pasamos la vida y nos olvidamos de disfrutar aquellas chiquititas que tenemos a diario y que no venderíamos ni por todo el oro del mundo.
Talvez pensaran que soy ilusa o soñadora, pero me gustaría saber cuantos de ustedes se han detenido a observar cosas triviales, tales como:
-Lo espontáneo, creativo y prácticos que son los niños, pues cuando el aburrimiento los arropa, inventan juegos.
-Que los adultos cuando nos aburrimos, nos encerramos en nosotros mismos y ni siquiera nos ponemos a contemplar lo imponente que son las cosas gratis: El mar, el cielo estrellado, los árboles, la lluvia caer, o algo tan simple y que es una obra maestra: un girasol.
-Las respuestas tan agradables que se reciben cuando le demostramos a las otras personas, cuan importantes son para nosotros.
-Cuando un plan original que teníamos lo cambiamos siguiendo la sugerencia de una persona muy joven, pues los mayorcitos no lo sabemos todo.
-La felicidad que causa cuando despertamos creyendo que es hora de levantarse y faltan aun dos horas.
-La transformación que experimenta nuestro organismo cuando oímos una bella canción que nos trae gratos recuerdos.
-El bienestar que sientes luego del martirio de ver a una persona y no recordar su nombre, duras una semana tratando de recordarlo, (porque no te atreviste a preguntarle)y finalmente a deshora de la madrugada….!zas! te recuerdas, y sientes tanto miedo de que se te olvide que, o lo relacionas con algo, o en el último de los casos te levantas de la cama y lo anotas…..increíble, pero sucede a veces…
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