martes, 1 de junio de 2010
LOS AFECTOS Y EL DINERO
Son inversamente proporcionales, si deseas perder un familiar o un amigo, sólo tienes que realizar con ellos, negocios relacionados con el dinero, claro está hay excepciones.
Cuando le prestamos dinero a personas con las cuales estamos involucradas afectivamente, sin proponérnoslo sentenciamos
a muerte esa relación.
Si es familiar, tenemos que actuar con todo el tacto del mundo, aún a costa de que la rabia y la impotencia nos mate, pues luego de prestarle los chelitos que con tantos esfuerzos hemos logrado reunir, vemos como pasa el tiempo y esta persona olvida totalmente el momento en que le ayudamos a resolver el problema que tenía.
Conocí una persona a quien aprecio mucho, ésta me ofrecía un servicio de mucha importancia, pero dejé de verla como tal y empezamos a tratarnos como familia, pues todos en casa empezamos a verla como algo muy querido.
No se imaginan que para ayudarla a resolver un problema le presté una cantidad de dinero tan insignificante, que no se puede comparar con el gran afecto que le profeso.
Esa persona dejó de darme el servicio, nunca ha vuelto a la casa y luego me enteré que a una vecina que también la quiere mucho, le hizo lo mismo, con la diferencia de que ésta la recomendó para un préstamo y ha tenido que pagarlo, pues ella emigró y la dejó con la deuda.
Realmente es muy penoso que sucedan este tipo de cosas, pienso que la mejor decisión es no involucrar afectos con dinero, si queremos mantener las relaciones personales ,pues casi siempre se pierden dos cosas: el dinero y la persona.
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