miércoles, 30 de junio de 2010

PERDER EL CONTROL



Dentro de los miedos que tengo, uno de los principales es perder el control, no son tantas las ocasiones en que me ha pasado, pero cuando ha sucedido me he sentido muy mal, después de haberlo recobrado nuevamente.

Hay una serie de situaciones que pueden provocar la pérdida del mismo: un susto, una rabia, el miedo, la impotencia….entre otros.

Lo he perdido ante un temblor de tierra, por una rabia , y realmente son los únicos momentos en los cuales no he sido dueña de la situación, y cuando la causa es la rabia, ya de antemano tenemos el pleito perdido.

Una vez por mi casa se incendió una planta envasadora de gas, el fuego subía por los aires, perseguía a la multitud que corría aterrada en la misma dirección, hubo desmayos y muchas personas golpeadas, pues algunas se caían y las otras les pasaban por arriba.

Gracias a Dios pude cerrar las hornillas de la estufa y las puertas de la casa, emprendiendo en una carrera que parecía no tener final, cuando estuve bien lejos del lugar de los hechos, llegué a la casa de una pariente y empecé a tomar agua como una gente que está en un desierto.

Pasaron varias horas y el cuerpo me temblaba, ese día tenía una reunión de trabajo y recuerdo la misma la más angustiosa que tuve en mi vida, pues tenía muchas dificultades para coordinar las ideas. Este tipo de situación genera ansiedad crónica y sus efectos pueden tener efectos muy crueles sobre nuestros organismos.

Debemos hacer grandes esfuerzos por mantener el control aún cuando la situación se nos escape de las manos, lo ideal es , como dice una canción cristiana: ¨paz en la tormenta¨.

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