Comparto a
diario con personas, muy cercanas y queridas, a quienes les encanta hacer una
afirmación sobre algo en particular, de lo cual no están totalmente seguras, pero cuando
son cuestionadas, utilizan la conjugación del verbo que tanto me molesta: Yo
creo.
Aunque no
seamos investigadores, debemos tener la plena seguridad de que tenemos pruebas
de que lo afirmado es cierto.
Este hábito
nos puede colocar en situaciones difíciles, especialmente cuando se nos pierde
algo, y aunque sea en nuestra mente acusamos a alguien, y luego el objeto
perdido, aparece como por arte de magia.
Asegurar y
creer no son sinónimos…Mucho cuidado.
Autora:
Epifania de la Cruz.
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