El jueves 23 de julio, fue especial, como muy pocos en mi vida. Habían anunciado el concierto de Milly, en el Hard Rock Café, como ese día tengo maestría, pensé que me iba a quedar con las ganas, pero mi alegría fue enorme, cuando la facilitadora anuncio que no podía ir.
Como nunca había ido a ese lugar, y siempre tiendo a imaginarme las cosas, pensé que me moriría de la emoción cuando estuviera ahí, pues me imaginaba que era un lugar de sueños. No se si soy muy exigente, o he visto muchas cosas, realmente el lugar es hermoso y nada más, no me volvi loca, ni me morí.
Pero a lo que fui, llenó totalmente mi vida, aunque presentaron a otros artistas, jóvenes y talentosos, los cuales captaron mi atención, sólo fui a ver a Milly, la reina del merengue, a la mujer alegre, sin tachaduras, a la que ha sabido sobreponerse al dolor y decir simplemente: ¡VIVE, QUE LA VIDA TE SONRIE!
Me vestí con cierta formalidad, siguiendo los consejos de mi hija, y aunque al llegar todo el mundo estaba en jean, me sentí súper bien.
El show empezó tarde, el lugar estaba abarrotado, mi gran preocupación era, como iba a ver si todo el mundo estaba de pie.
Como es de suponerse, la preocupación me duró poco, pues tan pronto vi a esa artista, tan admirada por mi, y después de haber pagado suma mas alta de mi vida, procedí primero a pararme arriba de la silla , a ver si veía, ¡TAMPOCO!, entonces con todo y falda me encaramé ,o como mejor decimos los dominicanos: me gavié encima de una mesa, y ya resuelto mi problema, pude disfrutar de todos sus temas, en especial: VIVE, SOLO CONTIGO, CHEQUE AL PORTADOR, entre otros, realmente , tendremos Milly, por muchos años.
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