lunes, 21 de diciembre de 2009

AY LOS JEFES, PARTE 1




Dentro de las cosas grandes y desagradables que nos pueden suceder en la vida esta tener que trabajar bajo las órdenes de un jefe que no reúna las condiciones para ser tratado como tal.

La primera vez que trabajé en mi vida, fue en el área de contabilidad, ahí tuve uno que insistía en llevar los números en un cuadernito y quería que una vez presentado los estados financieros, cada una de las partidas coincidieran con sus numeritos escritos a lápiz.

Se empecinaba en hacerme la vida imposible, los lunes no podía faltar aun estuviera enferma, me mandaba a buscar con su chofer. A ley de dos días de morir mi madre, como anímicamente no estaba en condiciones de trabajar, al balancear el libro del banco, cometí un error bien chiquito, pero para él fue tan grande que poco le faltó para que lo publicara en The New York Times.

Las cosas que pasé con él alcanzarían para escribir un libro, confórmense con saber que cuando conseguí otro empleo y se lo notifiqué, se armó la guerra de Troya, porque a su entender yo era una propiedad de la empresa.

Realmente me trató muy mal, pero la vida da sorpresa y pasado muchísimos años, se comunicó conmigo, reconociendo que yo había sido la mejor empleada que había tenido, que quería que como en aquellos tiempos yo volviera a ponerle todas sus cosas en orden, me fue muy difícil encontrar la forma de decirle que ya yo no trabajaba en esa área, le prometí, aun sabiendo que era mentira, que le buscaría a otra persona……cerré , recordé el pasado y me puse muy triste…….él estaba en la etapa inicial del Alzheimer.

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