EL AVE FENIX Y LOS SERES HUMANOS
Cuenta la leyenda que el Ave Fénix era una de las criaturas más hermosas del mundo, sus plumas eran de color rojo y oro y sólo una tenía cabida en el universo. Poseía una voz melodiosa que se convertía en un lamento a la hora de morir. Las criaturas que le rodeaban se sentían tan fascinadas por ella que morían también.
Cuentan también que cuando esta ave sentía la proximidad de la muerte encendía un fuego con canela silvestre y moría entre las llamas, pero de las cenizas surgía un nuevo fénix que recogía con ternura los restos del anterior y las guardaba en un huevo de mirra, levantaba el vuelo hacia Egipto y allí los depositaba sobre el altar del sol. Se creía que esas cenizas podían devolver la vida a un difunto.
Si analizamos la esencia de esta leyenda podremos entender que esta ave simboliza la esperanza, la continuidad de la vida, el renacer y el reinventarse.
No debemos darnos nunca por vencidos, debemos surgir de nuestras propias cenizas. Cuando sintamos que como seres humanos nos estamos muriendo, debemos dejar atrás ese ser vencido e inventar otro capaz de sobrevivir e intentar aquellas cosas en las que el primero falló.
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